Toda la Danza

Johannes García: el Maestro de Juventudes del Conjunto Folclórico de la Universidad de La Habana

Por Ana Morales Valera

‘’La gloria y el triunfo no es más que el cumplimiento del deber’’

José Martí


Maestro de Juventudes es el premio que constituye el máximo reconocimiento que concede la Asociación Hermanos Saiz (AHS) a la labor creadora y pedagógica que han realizado destacadas personalidades de la cultura y el pensamiento.

Pero, en este caso, y no es casual que, para los miembros del Conjunto Folclórico de la Universidad de La Habana, (CFU) nombrar a Johannes por más de 50 años como maestro de juventudes, está en correspondencia con la historia que contamos.

A finales de la segunda mitad de la década del sesenta del siglo XX, desde el Instituto Agropecuario y la Escuela Vocacional de Vento, más adelante Escuela Vocacional Vladimir Ilich Lenin, Johannes comenzó la formación de un grupo de jóvenes, desde un proyecto cultural de artes danzarías mediante el cual la escuela recibió múltiples premios y reconocimientos, lo que estimuló mucho a los participantes y el grupo se fortaleció y consolidó hasta llegar a la Universidad. Desde la Lenin fue reconocido como un gran joven capaz de contagiar con su fortaleza de espíritu, su entrega a las metas que se planteaba con el grupo, nos enseñó a ser perseverantes, disciplinados, tenaces y valientes. Hasta hoy, después de más de 50 años, sigue siendo para nosotros un maestro de juventudes.

Johannes García. Foto: Cortesía de la autora

Johannes García. Foto: Cortesía de la autora

Conocer su elección como Premio Nacional de Danza 2020, además de llenarnos de alegría y orgullo, nos permite visualizar el recorrido gigantesco del artista, del maestro, del educador y del hombre consagrado al arte en su manifestación más amplia por tantos años de entrega y dedicación.

El Conjunto Folclórico de la Universidad de La Habana surgió el 25 de septiembre de 1970 y fue uno de los tantos espacios en el que Johannes creo, dirigió y desarrolló, con mucho amor y maestría, la actividad artística en el marco del naciente movimiento de aficionados en Cuba, siendo esta la agrupación más antigua.

Este grupo devino, por así decirlo, en referencia nacional y con el transcurso de los años se convirtió en fuente inagotable de formación artística, que tuvo como continuidad los grupos creados a raíz de las graduaciones de las escuelas de instructores de arte.

El Conjunto fomentó la danza, la cultura afrocubana en la comunidad universitaria, consciente de que mediante la danza se puede promover el desarrollo de la sensibilidad, la comunicación, el aprendizaje y el trabajo en grupo, que generó una integralidad en la formación como profesionales.

El Conjunto constituyó, con el decursar del tiempo, un espacio de formación de talentos y figuras que luego integraron luego como profesionales las filas del Conjunto Folklórico Nacional.

En la década del 70 en la Universidad de La Habana se insertó el sistema estudio- trabajo y como complemento la vinculación con el arte y el deporte, así como las direcciones de extensión universitaria. Surgieron eventos dentro del arte y la cultura como los Festivales de Aficionados, Nacionales, Provinciales y Municipales, que desde la base se convirtieron en actividades centrales de promoción de la cultura en la Universidad y, en un ambiente competitivo y fraterno, se promovió como aspecto inclusivo en el estímulo a los mejores estudiantes.

El maestro, nuestro maestro Johannes, impuesto de la necesidad del momento histórico en que se desarrollaban estas políticas e imbuido de su interés en contribuir al logro de los desafíos de entonces, trabajó incansablemente con mucha paciencia y perseverancia en la preparación de los estudiantes que con deseos se integraron al grupo. Sin descuidar como aspecto central sus resultados académicos, que era la prioridad a cumplir como requisito para formar parte del grupo y permanecer en el mismo. El constituyó un ejemplo en sí mismo, pues en aquellos momentos era también bailarín del laureado Conjunto Folclórico Nacional, en el que él fue una figura que se destacó como solista (Changó), quien con su proyección en el escenario nos mostraba la actitud que debíamos seguir. Su desarrollo profesional le permitió ser uno de los coreógrafos del Conjunto Folclórico Nacional y su director en 1980.

Haciendo un recorrido por la historia, podemos decir que el grupo de estudiantes en todo este periodo osciló entre 50 y más de 100 miembros al final de su etapa. Todos eran estudiantes universitarios y había gente de casi todas las carreras de la Universidad, aunque predominaron en gran parte del tiempo los estudiantes de Medicina. El movimiento del grupo se realizaba según se producía la graduación profesional de los mismos, que por razones de ubicación para realizar el Servicio social se destinaban a diferentes lugares del país, y tenían que consagrarse a su labor profesional y continuar con sus compromisos laborales.

Cuerpo de baile de la Universidad. Foto: Cortesía de la autora

Cuerpo de baile de la Universidad. Foto: Cortesía de la autora

En sus inicios, la sede estuvo en el Instituto de Ciencias Médicas Victoria de Girón, donde la UJC y la FEU priorizaban la actividad cultural y facilitaban las condiciones requeridas para su desarrollo. Todo ello con la aprobación y participación de la máxima dirección de la institución en particular y de la Universidad en general.

Johannes, con su visión artística hacia el futuro y consciente de su objetivo, sorteó las trabas y contradicciones que formaban parte de la vida cotidiana, direccionó el trabajo con una organización muy profesional y, tanto es así que además del grupo de danza, estructuró una orquesta, un grupo coral, un grupo de percusión, desarrolló la técnica teatral y creo también un grupo de dirección que eficiente y eficazmente dirigió de manera colegiada el rumbo de esta institución.

Destacar que la idea de crear una orquesta dentro del grupo se convirtió en un hecho sui géneris, lo cual permitió que el Conjunto Folclórico Universitario ganara en proyección artística y prestancia en sus presentaciones. Johannes fue el precursor de la realización de los cantos folclóricos por la orquesta del grupo, lo cual se convirtió en toda una creación artística que devino espectáculo cultural, siendo acreedor de espacios culturales que se organizaban por temporadas anuales en el prestigioso Teatro de La Habana Julio Antonio Mella.

El trabajo coral fue, sin lugar a dudas, un desafío por el hecho del esfuerzo que implicaba, hay que recordar que se trataba de estudiantes universitarios que dedicaban horas extras para la creación artística como aficionados, ensayos y presentaciones, y estas sesiones de práctica coral implicaban dedicarles un tiempo considerable. Pues como resultado de este atrevimiento del maestro, surgieron talentos en el canto de varios integrantes que ejecutaban presentaciones como solistas, dúos o cuartetos de muy buena calidad.

El trabajo danzario, esencia del grupo, alcanzó un nivel de desarrollo compatible con el de otros grupos de experiencia y constituyó un referente para el surgimiento de otros movimientos dentro de la misma Universidad, como fue el Conjunto Alma Máter, dirigido por el profesor de danza Adolfo Santamaría ( Farouk ) y caracterizado por la danza latinoamericana, con quienes participamos en diversos espectáculos culturales en todo el país.

La disciplina establecida por el Maestro fue dura, rígida, y en ello contribuía el grupo de dirección. En principio se ensayaba una vez por semana (preferentemente los domingos) en el horario del día, pero esta frecuencia variaba en dependencia de los compromisos y nivel de actividad, por lo que en muchas ocasiones se ensayaba en la semana, algunas noches, incluyendo sábado y domingo por el día. La permanencia en el grupo estaba signada por los resultados académicos y esta fortaleza fue la base del equilibrio mantenido siempre en el trabajo del CFU.

Es importante destacar en este recorrido, que nuestro Premio Nacional de Danza 2020, tuvo siempre en su quehacer un enfoque participativo y se nutrió de muchos profesionales que colaboraron en la formación del grupo, lo que posibilitó se alcanzara el nivel artístico que permitió transitar el camino recorrido.

En cada una de las etapas de trabajo del CFU, particularmente vinculado a nuestra formación, participaron grupos como el Conjunto Folclórico Nacional, y varios profesores nos impartieron clases. Entre ellos Deysi Romero Cortina y Deysi Villalejo en danza, y Lázaro Ross Leal y Felipe Alfonso Gil en canto. Desde Danza Nacional de Cuba nos asistió la Primera Bailarina Perla Rodríguez Capote. En la actividad coral nos apoyó la maestra Corina Campos. Y muchos otros trabajaron en equipo con una gran perseverancia y consagración, así facilitaron afianzar la calidad que el CFU alcanzó.

Corina Campos, directora del coro. Foto: Cortesía de la autora

Corina Campos, directora del coro. Foto: Cortesía de la autora

Merece particular mención la atención metodológica que Juan García Fernández, (Juanito) también integrante del Conjunto Folclórico Nacional, dedicó a los artistas universitarios del movimiento de aficionados. El tratamiento teórico de cada una de las obras que se realizaban contó siempre con la preparación de este gran etnólogo e historiador en esta rama del arte. Propició el aprendizaje de las diferentes temáticas y patakines que llevábamos a escena, lo que contribuyó a alcanzar una excelente calidad en las presentaciones. El trabajo de grupo que realizó como método para activar el conocimiento, permitió lograr una adecuada comunicación con el público en las presentaciones, facilitando la trasmisión del mensaje.

Se ensayó en diversas sedes en la medida en que eran necesario los cambios y, sobre todo, por la ampliación del grupo y otros intereses, entre ellos la sede del Conjunto Folclórico Nacional, de Danza Nacional de Cuba y en la Casa de los estudiantes universitarios de 27 y K, que se constituyó en la sede histórica.

En esta trayectoria llena de esfuerzo, dedicación, consagración y optimismo, especial atención merece un joven formado por el Maestro que fue primeramente regisseur del CFU y que llegó a ser Primer Bailarín del Conjunto Folclórico Nacional, es el caso muy particular de Julián Villa , veterinario de profesión y cuyo desarrollo en este arte le permitió dar este importante salto. Otro destacado bailarín del CFU fue Juan Esquivel, que por su desarrollo pasó a integrar también el Conjunto Folclórico Nacional; en este marco creó el estilo de montaje de los zancos que se observa en cualquier compañía de danza cuando se realizan espectáculos tradicionales, en función de determinados personajes.

El trabajo desplegado por el Maestro Johannes hizo que el grupo se convirtiera en una institución cultural universitaria, presente en todos los eventos desde la base hasta la nación, e incluso llegó a representar a la Universidad y, por ende, a Cuba en eventos internacionales. Entre las actividades más significativas se pueden mencionar las siguientes:

Ø Participación en todos los festivales de aficionados, provinciales y nacionales de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).

Ø Filmación de la película Retrato de Teresa, de Pastor Vega; El otro Francisco, de Sergio Giral, y Cecilia, de Humberto Solás.

Ø Temporadas anuales en el Teatro Julio Antonio Mella’.

Ø Participación en los carnavales de La Habana en representación de la Federación de Estudiantes Universitarios, desde 1969 hasta el 90, con Johannes García como director.

Ø Filmación de documentales como ‘’Vivo feliz en mi tierra’’, en la comunidad El Rubio, Municipio Santa Cruz del Norte.

Ø Festivales internacionales: en 1974 Festival de las Indias Occidentales en Trinidad y Tobago, Festival Internacional de Varadero en 1975, Festejos por el 60 Aniversario de la Revolución de Octubre en la URSS, en 1977; XI Festival internacional de la juventud y los estudiantes en 1978, Festival Internacional en Bulgaria en 1976.

Por el arduo trabajo del grupo dirigido por el Maestro se recibieron varias condecoraciones nacionales e internacionales, entre ellas reconocimientos en todos los Festivales de la FEU y la Medalla de Oro en el Festival de Vilnius, Bulgaria, 1976

La vasta obra del eterno bailarín del Folclórico Nacional Johannes García Fernández se engrandece con su inquebrantable espíritu revolucionario, internacionalista, su amor y lealtad a la cultura cubana y su confianza en los jóvenes.

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