Clasificación: Nacionales
Sección: Principal
Lizt Alfonso Dance Cuba (LADC) celebrará sus tres décadas de fundada con un espectáculo que le abrió muchas puertas en el mundo y sigue siendo una de las más sólidas puestas de la compañía: Fuerza y Compás.
La Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba acogerá las funciones los días 25, 26 y 27 de marzo, viernes y sábado a las 8:30 p.m. y domingo a las 5:00 p.m.
Con esta reposición, la compañía aspira a satisfacer uno de los mayores reclamos de muchos de sus seguidores, según declara el anuncio oficial.
El espectáculo expone el sincretismo de las raíces española y africana en la cultura de Cuba, originado por la colonización española y la introducción en la isla de esclavos provenientes de África.
Fuerza y Compás logró convertir a LADC en la primera agrupación danzaria de Cuba en protagonizar una temporada estable en el New Victory Theatre de Broadway, en Estados Unidos, y la ha llevado a los cinco continentes. La directora, maestra y coreógrafa, Lizt Alfonso, es la autora de la mayoría de las escenas, y valga destacar que muchos de los cuadros se convirtieron en piezas emblemáticas que a veces se intercalan en algún que otro programa o espectáculo.
Las exigencias de Fuerza y Compás son múltiples: demanda una base sólida de ballet clásico, soltura en diversas danzas españolas, con destaque del flamenco, conocimiento de estilos contemporáneos, y desenvolvimiento en el baile folclórico, ninguno de ellos visto como género puro. De modo que este espectáculo, que comenzó a gestarse en 1999, muestra el estilo distintivo de la compañía, denominado precisamente “Fusión” pues en él confluye la danza toda.
Además, obliga a las artistas a usar castañuelas, a bailar con abanicos, a pararse en puntas y taconear como si fuese detalle sencillo; incluso, en uno de los cuadros dos danzantes irrumpen en escena con batas de cola y el reto de desplazarse con virtuosismo.
Igualmente, dispone de un cuadro en el que las raíces hispanas y africanas de la cultura dialogan mediante los tacones españoles y las chancletas de palo, tan populares en Cuba en los siglos XIX y XX, y que al ser asumidas por muchos aquí –sin distinción de origen o raza- pueden considerarse un símbolo del sincretismo.
Fuerza y Compás es obra de una intelectual con muchas luces y buen gusto. Y, amén de haber sido interpretado ya por distintas generaciones, cada una consigue dotar de gracia las secuencias y alcanzar la organicidad característica de LADC desde la cuna.
El espectáculo se enriquece por la interpretación en vivo de bellas composiciones musicales de los cubanos Ernesto Lecuona, Reynier Mariño, Denis Peralta, Yuniel Rascón, Yordanys O’ Reilly y Juan Pablo Solas.
Liliet Rivera y Yanet Rodríguez apoyaron a Lizt Alfonso en momentos coreográficos de Fuerza y Compás, cuyo andar exitoso por los escenarios del mundo y su cualidad de vitrina histórica de las raíces culturales de la nación le confieren la categoría de clásico.
Por Martha Sánchez