Por Rafael Lara González
Cuando de hablar de comunidad portadora de tradiciones en Cuba se trata, en un sitio privilegiado hay que nombrar a la Loma del Chivo, referente obligado en este sentido porque es el barrio donde habitan La Tumba Francesa de Pompadour o Santa Catalina de Ricci y el grupo Los Cossià.
Al acercarse por primera vez a los enigmas y secretos de ese barrio, al indagar en sus diversas prácticas tradicionales, nos viene a la mente una interrogante: ¿Por qué se le denomina Loma del Chivo? Según Consuelo Duportoy, Metodóloga Provincial de Cultura Popular Tradicional del Centro Provincial de Casas de Cultura en el territorio, se debe a que en la calle Paseo, entre Oriente y Sol, existía una elevación que descendía hasta la entre calle Jesús del Sol, la cual se encontraba cubierta por malezas, donde pastaban numerosos chivos, por lo que era muy común encontrar manadas de chivos paseándose y berreando por sus calles emblemáticas.
Foto: Escultura simbólica de la Loma del Chivo. Guantánamo. Cortesía del autor
Situado en la ciudad de Guantánamo, sus coordenadas geográficas las encuentras por el río Guaso y la calle Moncada hasta Oriente, de la Avenida de los Estudiantes (Paseo) hasta Crombet; limita por el norte con el barrio España Chiquita, al sur con el barrio La Caoba, al este con el río Guaso y con el Consejo Popular San Justo, al oeste con elcentro de la ciudad.
Resaltan en ese barrio la presencia de un abanico compuesto por diversos elementos culturales, entre los que cabe mencionar la presencia de cultores de pràcticas pertenecientes a diferentes expresiones y manifestaciones del Patrimonio Cultural Vivo de tipología etnodemográficas, fruto de la influencia de culturas de diferentes partes del planeta, componentes de nuestro etnos- nación, tales como La Tumba Francesa Santa Catalina de Ricci o la Pompaduor (Patrimonio Cultural de La Humanidad, 2003); el grupo portador de tradiciones franco haitianas Los Cossiá (Premio Nacional Memoria Viva). Allì también se cultivan ritmos de preferencia de los cubanos como la rumba (Patrimonio Cultural de la Humanidad), el changüí (Patrimonio Cultural de la Humanidad), éste último considerado uno de los ritmos más auténticos y endógeno de la zona del Guaso. También encontramos la contagiosa conga como elemento carnavalesco de la cultura cubana. Como orgullo imperecedero queda el contar con hijos ilustres nacidos ahí, personalidades de la cultura cubana de la talla del gran sonero y changuicero Chito Latamblé, y el changuicero mayor, el gran Elio Revé.
Precisamente, ese influjo de prácticas y costumbres venidas de varios lugares del mundo lo convierten en una de las comunidades tradicionales más representativas en cuanto a forjar disimiles identidades y arraigos no solo de Guantánamo, también de Cuba. Sus flujos de estirpe franco- haitiano (en sus dos migraciones a la isla), como también las de origen anglohablantes, así como vivencias y creencias que, al converger entre sus habitantes, fueron generando y tejiendo lo que se conoce en la actualidad como una comunidad de sólida cultura popular tradicional, expresada sobre todo por auténticos bailes, toques, cantos; como también nos deleita con esencias basadas en costumbres culinarias, a base de la confección de sabrosos platos y bebidas tradicionales con una alta aceptación popular.
Además, encuentras por doquier diversas prácticas rituales representativas de la llamada santería (Regla de Ocha), siendo las fechas más significativas para el barrio los días de San Lázaro (17 de Diciembre) y de Santa Bárbara (4 Diciembre), lo que indica que son esas las deidades preferidas. También aparecen prácticas de tipo familiar y vecinal del llamado espiritismo(en todas sus variantes), la cual se mantiene por varias generaciones en algunas familias. Con el objetivo de fortalecer y legitimar la salvaguardia y viabilidad de éstas manifestaciones tradicionales, se han creado diferentes organizaciones e instituciones, como la Asociación del Son, la Asociación de jamaicanos, la Tumba Francesa, y recientemente la construcción de la Casa del Changüí.
Según datos oficiales, el barrio fue constituido el 10 de agosto de 1992, y aunque en cuanto a la exacta ubicación existen diversos criterios, lo cierto es que todos en la tierra más oriental de Cuba reconocen al sitio como uno de los más populares.
Para muchos, la Loma del Chivo tuvo sus antecedentes con el entonces bautizado barrio deTiguabitos, e incluso se dice que cuando la Villa de Guantánamo fue reconocida como tal, por allá por el año 1870, ya existía el emblemático sitio tradicional, el cual comenzó su formación con un mínimo de familias y habitantes, hasta que fue extendiéndose y alcanzar las dimensiones actuales, tanto en población como en extensión territorial.
Cuentan también que, al pasar el tiempo, La Loma del Chivo fue ganando en popularidad hasta convertirse en el sitio de mayor preferencia de adolescentes y jóvenes guantanameros, tal es así que en la calle Emilio Giró, entre Agramonte y Serafín Sánchez, existía un frondoso árbol de mamoncillo, en el cual era común confrontar la improvisación de cantos de reginas, así como los gustados toques de bembé, rumba y changüí, haciendo gala de juegos tradicionales de antaño.
Varios han sido los comercios y puntos convertidos en focos culturales en la Loma del Chivo, dentro de los de mayor historia para contar se encuentra la tienda llamada la Flor de la Loma del Chivo. Esta bodega-bar tenía hasta una vitrola y expedía bebidas a partir del viernes de cada semana, donde se organizaba un changüí, mientras prestigiaban con sus presentaciones relevantes y reconocidas figuras del género tradicional, como Chochola, Juan Creagk Denis, Raúl, Chago, Guayo. También acudían relevantes changuiceros de otros barrios, como Juan Jay, Tuntu , Gainza Titi, entre otros reconocidos por el gremio artístico y cultural del afamado barrio.
A mediación de cuadra estaba otro foco cultural, la tienda–bar de Pedrito, donde diariamente sonaba también la música de una vitrola, alternando los tragos con la rumba de cajón. Buscando la calle Jesús del Sol encontrabas el bar de Fermín, con idénticas características. En la esquina de Prado estaba la famosa tienda de víveres de Fermina (la China) , donde se tocaba changüí y rumba de cajón. En la Calle Sol, entre Paseo y el 1 norte, existió uno de los focos changuiceros más grande, organizado por Juan Creagk. Muy cerca estaban los focos changuiceros de Francisco Massó, ubicado exactamente en la calle Oriente, entre Narciso López y Jesús de Sol; mientras el otro era del famoso bailarín conocido como Barceló, ubicado entonces en Sol, entre Narciso López y Jesús del Sol.
Para ilustrar mucho mejor el significado antropológico de las esencias de la Loma del Chivo, lo mejor es hacerlo brindando un resumen de las dos agrupaciones portadoras de tradiciones que alberga el emblemático barrio guantanamero.
Foto: Tumba Francesa Santa Catalina de Ricci. Guantánamo. Cortesía del autor
Tumba Francesa de Pompadour o Santa Catalina de Ricci
La Tumba Francesa de Pompadour o Santa Catalina de Ricci, manifestación tradicional declarada Obra Maestra del Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO (2003), nace en honor a la patrona de la ciudad de Guantánamo. Agrupación músico danzaría de antecedente franco- haitiano surgida el 30 de diciembre de 1905, funciona como Asociación Cultural en su sede de la “Loma del Chivo”, manteniendo una identificación y reconocimiento de la mayoría de los habitantes del barrio, valorada po r todo el territorio nacional como Tesoro Humano Vivo.
Resguardan con mucho celo el legado musical y danzario que les pertenece por herencia, su transmisión se ha basado en el principio de lo familiar y vecinal, contando hoy con un grupo infantil de “tumberitos”, formando parte del Proyecto “Identidad”, el cual ha ganado un reconocimiento social y comunitario en toda la región, y es un importante eslabón del sentido de continuidad al legar los saberes a las generaciones futuras, garantía de preservación de la tradición.
Los integrantes de la Tumba Francesa de Santa Catalina de Ricci han preservado un repertorio distintivo, compuesto por bailes, como masón, yubá, frenté, entre otros; y a pesar de que son pocas las improvisaciones que realiza el composé, sus cantos han sido resguardados como parte del singular movimiento danzario. Es una danza de salón en la cual los bailadores intentan imitar el minuet, el rigodón y otros bailes de la corte francesa, pero con la peculiaridad de que son ejecutados con instrumentos de origen africano. El baile consiste en tres partes diferenciadas notablemente una de otra: el masón, el yubá o babul y el fronté, mientras los instrumentos musicales que se utilizan son el catá, el premier o redublé (tambor más grande), el bulá y el second-también llamadas "tumbas"-así como la tamborita y el chachás.
El vestuario peculiar de las bailadoras mujeres está compuesto por grandes y lujosas batas, pañuelos anudados en la cabeza y collares, portan también abanicos y otros accesorios sonando los chachás en sus manos, mientras los hombres usan pantalones y camisas blancas. Ha recibido importantes distinciones y reconocimientos como el Premio Nacional de Cultura Comunitaria en 2001 y el Premio “Memoria Viva”.
Foto: Grupo portador de estirpe franco haitiana “Los Cossiá”. Guantánamo. Cortesía del autor
“Los Cossiá”
Otra de las expresiones tradicionales representativas de la Loma del Chivo es el grupo portador de estipe franco- haitiano Los Cossiá. Recordemos que durante las cinco primeras décadas del pasado siglo (XX) hacen su entrada a Cuba un gran número de haitianos, atraídos por el desarrollo económico del país vienen en busca de trabajo, y la mayor concentración de esta población sucede en la zona oriental del país, destinados a las labores de la caña y el café principalmente.
Con el fin de representar y mantener viva la cultura del país de origen franco-haitiano en territorio nuevo, el 10 de marzo de 1980, por iniciativa de la haitiana Lolita Casimir Bancol (Madam Castell) y el cubano Ángel Megret Vinent, logran agrupar personas naturales y descendientes de Haití para tales pretensiones. Entre ellos se contaban miembros residentes en La Cidra, en Velona, en Santo Domingo del Achotal y en Guantánamo, comunidades de grandes asentamientos haitianos. ¿Su objetivo? Nada más y nada menos que el de preservar elementos de su cultura, a partir de lo que conocían muchos de ellos desde su país natal,. Entonces se integraron en un grupo cuyo nombre responde a una planta que en Haití se usa con fines curativos, “Cossiá”, que por conocimiento popular se dice que “recoge golpes” y que como cataplasma sirve para las quemaduras. El nombre resultante por idea de Lolita (gestora y primera directora del grupo), es el que llega hasta nuestros días, “Los Cossiá”.
En los inicios el grupo portador fue integrado por 36 personas, respondiendo a su composición 25 de ellos eran naturales de Haití y 11 descendientes de primera generación, en su mayoría con vínculos familiares cercanos, sobre todo esposos, hermanos, madres e hijos, sobrinos, entre otros. En lo sucesivo, y con el pasar de los años, han ido renovándose sus miembros, insistiendo en la presencia de aquellos descendientes más jóvenes, pero preferentemente con rasgos comunes de consanguinidad. Como agrupación, en sus inicios mantenían su lugar de ensayo en la sede de la Tumba Francesa Pompaduor, hasta que decidieron años más tarde radicar en la Casa de la Cultura, considerada para ellos como su sede principal. Esta agrupación mantiene, por transmisión generacional de los emigrantes a los descendientes de diferentes niveles y otros miembros de la comunidad, los elementos culturales de los que son portadores como componentes musicales, danzarios, lingüísticos, culinarios, artesanía, de la oralidad y la religiosidad de la cultura haitiana.
Los instrumentos de percusión utilizados son propios de la cultura haitiana, los tambores pertenecían al padre de la directora actual, y eran usados para ceremonias religiosas. Los miembros actuales reparan los tambores y cambian los cueros. Los instrumentos que compone la expresión son mamá tambú, Le guedé, wompí,trillán, tambugue y acordeón. La membresía actual la componen 29 integrantes (14 hombres y 15 mujeres).
El vestuario de las mujeres son sayas anchas y largas con colores enteros o estampados en tonalidades vivas, pañuelos en la cabeza de igual color. Los hombres se visten con pantalones y camisas de mangas tres cuarto o cortas, también de colores vivos, y usan pañuelos.
Dentro del repertorio músico-danzario encontramos bailes como vodú, vodú casé, nagó, dahomé, gagá, polká, eliansé, letté, ibó, merengue, masún (con sus variantes), casé cao, congó. Consideran como sus obras predilectas dentro del repertorio papá gueddé, gagá en semana santa, quema del diablo, solé mugí, fiesta de ibó, lelé erzily, el lava´o, papá lebá, leminé gambúa, el palito, ceremonia de oggún, ti madam graté. Este repertorio muestra el amplio abanico en que el grupo Los Cosiá se mueve dentro de los géneros de bailes y cantos haitianos que se preservan y practican aún en Guantánamo: están los que se representan en las ceremonias religiosas del vodú y están las danzas que tiene como fin la diversión o el espectáculo; también tienen lugar los bailes de salón y el merengue, además de hacer representaciones de las labores y cotidianidad del haitiano asentado en el territorio y, precisamente, hacia esa vertiente se mueven los nuevos montajes danzarios.
Como aspecto significativo a destacar, se encuentra el hecho que desde sus inicios inspiró a la formación de otros grupos tradicionales de la Loma del Chivo, tales como Las Mercedes, La Razón, Gamun Lotan y el grupo Renacer Cosiá, éste último es un grupo infantil fundado en el 2001 que marca la continuidad histórica del propio Grupo portador Los Cossiá. Entre Renacer y Los Cossiá existe una relación simbiótica muy especial, pues los adultos colaboran con sus músicos en las representaciones infantiles, los bailarines de la agrupación madre brindan asesoría en los montajes coreográficos, y al pasar los años muchos de ellos pasan a cubrir reemplazo como integrante de la gran agrupación portadora, ya que muchos de los niños son hijos de descendientes haitianos. Los Cossiá se convirtió en una fuente teórica práctica como referente obligado para trabajos coreográficos y de montajes de repertorios de agrupaciones profesionales, como el Ballet Folclórico Babul o la Compañía de Danza Libre; como también en la formación de unidades artísticas del Movimiento de Artistas Aficionados al Arte, formando agrupaciones como Grupo Jagüey, Grupo 10 de Octubre, Grupo Convite (Facultad de Ciencias Médicas), Grupo danzario de la Escuela Camilo Cienfuegos. Los Cossià contribuye al perfeccionamiento y preparación técnica metodológica de los Instructores de Danza de la Casa de la Cultura en temas de folclor haitiano, se presentan en espacios fijos en la Casa de la Cultura de Guantánamo y en comunidades del territorio durante todo el año. El grupo es invitado permanente de las actividades del Ballet Folclórico Babul y es fundador de las Fiestas del Fuego en Santiago de Cuba.
Ostentan el Premio Memoria Viva, en la Categoría Preservación de Tradiciones, del Instituto Cubano de Investigación Cultural “Juan Marinello”, 2011. En el 2013 recibieron el Sello Conmemorativo de la Ciudad de Guantánamo, otorgado por la Asamblea Municipal del Poder Popular. En el 2015, Aurora Pie Yan (líder del grupo Los Cossiá), recibiò el Premio Memoria Viva en la Categoría Personalidad.